Sin rumbo recorría el camino de mi vida, sólo esperando la muerte.
Cuando un día te encontré, te conocí y me enamoré.
Yo sin darme cuenta me quede ahí por largos años, ilusionado en el espejismo del Oasis, muriendo en mi realidad desolada.
Al final, en ambos mundos, sigo esperando la muerte, sólo y sin rumbo.
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